Hace unas semanas un señoro sentando a la misma mesa que yo, aludía que el sexo era un instinto. Desde entonces, comentando esto con personas de mi entorno, me he dado cuenta de lo extendida que está esta creencia. La idea de que el sexo es un instinto humano es un concepto erróneo. El sexo no es un instinto. Cuando hablamos de instinto hablamos de una conducta innata e inconsciente que se transmite genéticamente entre los seres vivos de la misma especie y que les hace responder de una misma forma ante determinados estímulos, y la sexualidad humana ni es innata, ni es inconsciente, y además es muy diversa. El sexo no es un instinto: No es irracional ni incontrolable ni obedece a una fuerza superior.
¿Qué es un instinto?
Los instintos son patrones de comportamiento innatos que están presentes en todos los miembros de una especie. Por ejemplo, las tortugas marinas, recién nacidas en una playa, se desplazan instintivamente hacia el océano. Un marsupial se mete en la bolsa de su madre nada más nacer. Si acerco una luz a tus ojos, tu pupila se contraerá. No hay nada aprendido en esos comportamientos. Las personas no tenemos un instinto sexual innato que nos impulse a tener relaciones sexuales sin ningún aprendizaje, de hecho, tu comportamiento sexual está influenciado por lo que has aprendido, y lo que no has aprendido, por la sociedad y la cultura en la que vives, así como por factores, psicológicos y biológicos. Es una dimensión amplia y compleja.
Además, el comportamiento sexual humano es altamente variable y diverso, otra razón que demuestra que no es un patrón innato de comportamiento sexual humano. Por ejemplo, tenemos orientaciones diversas, y también preferencias sexuales diversas. Y nuestras preferencias, gustos y deseos pueden variar a lo largo de nuestra biografía.
Riesgos de pensar que el sexo es un instinto
Me preocupa la creencia extendida que existe alrededor de este concepto erróneo. Creer que el sexo es un instinto forma parte de la cultura de la violación y de otras formas de violencia.
– La afirmación de que el sexo es un instinto es un argumentario de la de la violencia sexual. Creer que es el sexo es algo necesario que no se puede contener, evitar, elegir o construir, fomenta la violencia.
– Si se cree que el sexo es un instinto, se puede llegar a pensar que las personas no tienen la capacidad de controlar sus deseos sexuales y, por lo tanto, el consentimiento no es necesario. Esto lleva a la dificultad para reconocer y respetar el deseo de la otra persona en una relación sexual.
– La creencia de que el sexo es un instinto, está anclado en el machismo y la misoginia. De hecho, fue un misógino de su tiempo quien contribuyó a plantar la semilla de este error: Freud, en su libro publicado en 1930 El malestar en la cultura, escribe que hay dos tipos de instintos primitivos: los instintos del yo o de conservación y los instintos sexuales. Asevera que el instinto sexual es una fuerza constante que no se puede suprimir. Freud contempla los deseos sexuales como necesidades y los compara con la necesidad de alimentarse. Recordemos que Freud consideraba a las mujeres inferiores por naturaleza, y que les asignaba como atributo principal la pasividad y como únicas funciones las de ser madre y esposa. Freud afirmaba que la sexualidad de los varones es una sexualidad activa que incluye la agresividad.
– La creencia de que el sexo es un instinto normalmente viene asociada a que no es necesaria la educación sexual, ya que si es un instinto, no es algo que se aprenda. Esto lleva a la falta de información y educación sobre sexualidad, lo que suele tener como consecuencia riesgos sobre la salud y una sexualidad insatisfactoria.
– Asociar nuestra sexualidad al impulso reproductivo es reduccionista, erróneo y peligroso. Nuestra sexualidad no se limita a la reproducción, sino que tiene múltiples formas y finalidades. Creer que el sexo es un impulso que tiene como fin la reproducción nos despoja de todos los matices y experiencias de la sexualidad. Además es machista, edadista, capacitista y promueve la violencia sobre ciertos colectivos por sus identidades de género y orientación sexual, entre otros.
La sexualidad es una dimensión del ser humano, compleja y multifacética.
En definitiva, la sexualidad humana no es un instinto, es una dimensión del ser humano, compleja y multifacética, que está influenciada por factores biológicos, psicológicos, culturales y sociales y es muy diversa, las experiencias sexuales varían ampliamente entre las personas y las culturas. Además, el sexo no se limita a la genitalidad y ni mucho menos a la reproducción, sino que incluye una amplia gama de prácticas y expresiones sexuales, tanto individuales como compartidas, y que pueden tener múltiples fines, incluyendo el placer, la intimidad, la comunicación y la expresión emocional, entre otras.
Si quieres aprender más sobre sexualidad o te gustaría acompañamiento en alguna dificultad o consultar alguna duda, estaré encantada de brindarte un espacio respetuoso, cuidadoso, seguro y confidencial. Para ello puedes ponerte en contacto conmigo.